Jueves, 23 Julio de 1691
Durante mucho tiempo, tuve problemas en mi vida conventual hasta que, como afirma Octavio Paz, escribí “una carta de más”. Esa misiva se publicó con el largo título de Carta atenagórica de la madre Juana Inés de la Cruz. Era una crítica a un sermón del jesuita portugués Antonio de Vieyra, un afamado teólogo de la época.
Esta crítica tuvo nefastas consecuencias cuando su publicó, corrió a cargo de la sor Filotea, que no era otro que el obispo de Puebla, Fernández de Santa Cruz. Este me aconseja que me dedique a asuntos menos profanos y más santos. Todo este entuerto terminó con la orden de que yo fuera obligada a deshacerme de mi biblioteca, mis instrumentos musicales y matemáticos y obligada a dedicarme exclusivamente al convento.
¿ Quién es capaz de acertar todo ?
Hace 15 años
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